articulo en el periodico ElMundo
Autor: Ruben Dario Barrientos.
Autor: Ruben Dario Barrientos.
Debo confesar que cuando supe acerca de un deporte conocido como “Ultimate” (también denominado “Ultimate frisbee”), me quedé perplejo. Y hubo una razón potísima: esta práctica deportiva no requiere árbitro. Así como suena. Dentro de su filosofía de juego limpio, el árbitro sobra porque cada uno es responsable de sus propias acciones. Es absolutamente insólito que una disciplina muscular no precise de un juez. Pero aquí está la excepción a la regla. Por eso quiero hacerle un homenaje a su interacción y a su trasfondo.
Que yo sepa, no hay otro deporte que prescinda del encargado de imponer autoridad, llámese juez, árbitro o referee. Se mueve todo, en consecuencia, dentro de un espíritu de honradez y respeto. Repárese que el jugador que cometa una falta, está en el deber de detener el juego y de admitir su infracción. Algunos han definido al “Ultimate” como un deporte auto-arbitrado y de no-contacto. Pareciera que todo esto llegara de los sueños lejanos, de la fantasía, de los mundos celestiales. Pero es algo terreno, tangible y mostrable.
Para aumentar mi grado de estupefacción, leí que la selección Colombia femenina es campeona del mundo en este deporte. Y su título lo obtuvo recientemente en Alemania, derrotando a otros trece equipos. El combinado patrio masculino, fue quinto en el último mundial. Me cuentan que la Universidad Eafit, en Medellín, es un semillero indiscutido de este deporte, que también tiene equipos notables en Bogotá. Para seguir con las sorpresas, me he enterado que en Colombia hay 5.000 practicantes activos de esta disciplina, lo que ya exhibe raíces profundas en su actual devoción.
Pude escudriñar que la génesis de este deporte se remonta a 1968, año en el cual tuvo ocurrencia un vistoso juego en los Estados Unidos. Se traduce ello, en que no es tan novísimo en su formación, pero sí en su despertar en Colombia. Pero volviendo a lo espléndido de este deporte, me cautiva que los jugadores zanjan o resuelven sus propios conflictos (especialmente las faltas y los fueras de lugar), entre ellos mismos. Y es tan gallarda su actuación, que los teóricos de esta disciplina han graficado que debe velarse porque cuando haya una jugada excelsa o brillante, se entregue una felicitación al oponente que la hizo.
Si sobra el árbitro, es porque cada uno tiene responsabilidad sobre sus actos. No existe el juez, pero sí el debido espíritu de juego, excluyendo el contacto. El objetivo es anotar (se juega a 17 goles o a 100 minutos), en partidos donde cada equipo tiene 7 jugadores (en grama) o 5 jugadores por bando (en playa). La idea es pasar el disco (frisbee), de persona a persona –sin que se caiga- y anotar en la zona de gol del lado rival. Hay diez segundos para deshacerse del disco y no se puede correr con él en la mano, y menos aún arrebatarlo al contrincante. Y si sobreviene una agresión verbal, el jugador indisciplinado permanecerá quince minutos por fuera del partido.
Toda la articulación de esta disciplina, tiene que ver con las nuevas maneras de la resolución de los conflictos: con la concertación, con el respeto por los demás, con la predisposición a los acuerdos y con el espíritu desarmado. Cuando en Colombia entró en vigencia la Ley 640 de 2001, se dio la conciliación como un mecanismo alternativo de solución de conflictos. Y hoy se habla de justicia privada (por oposición a la lenta e incierta justicia pública), de amigables componedores y de tantas figuras que buscan atenuar la dureza de los procesos.
Este deporte me dejó gratamente impresionado. Me conmovió el hecho de que haya personas que jueguen para divertirse (bajo la premisa de la competitividad), que practiquen una disciplina muscular con agrado y que entiendan que su rol tiene deberes y derechos. Hoy es triste saber que en el fútbol, el juez es motivo de controversia en cada fecha y que el principio de autoridad se pisotea juego tras juego.
El “Ultimate” es una manera de construir paz, de generar recreación y de aprender a desatar conflictos. ¡Loor a sus practicantes! Esperemos que con campeonas mundiales y siendo potencias en masculino, muy rápido su contagio invada muchas canchas del país.
2 comentarios:
Ruben, muy atinado tu articulo. en medellin iniciamos a jugar ultimate organizado en el 2000, un grupo de entusiastas universitarios... hoy en dia no solo se juega en las principales universidades y colegios de la ciudad si no tambien en 16 escuelas populares del deporte - INDER - con un promedio de 800 jovenes practicantes. Jugar sin arbitros, dejar la responsabilidad del juego limpio y el respeto por las reglas a los jugadores es la filosofia de nuestro deporte y lo llamamos Espiritu de Juego. Funciona, no es facil y nos implica un trabajo personal permanente. Creo que esto, a parte de todo lo atletico del ultimate, es lo que nos mantiene ahi, engomados, enamorados de esta alternativa deportiva. pd: solo hay un detalle que no es exacto en el articulo: no hay sanciones de tiempo para ningun tipo de agresion. De hecho el reglamento de juego NO tiene consideraciones como sanciones pues supone que nadie violara intencionalmente las reglas ni irrespetara al rival. Ni aqui en el pais, ni en algun mundial de los que hemos participado se han sancionado jugadores.
respuesta del columnista:
Buenas noches Mauro.
Muy agradecido con el comentario sobre el artículo del jueves anterior.
Acerca del error que tuve, presento disculpas. La verdad es que lo recogí de Internet y no lo validé.
Felicitaciones por practicar un deporte de esta talla, en donde hay tanta formación de criterios y valores.
Cordial saludo,
RUBÉN DARÍO BARRIENTOS G.
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